UNA COPA PARA CADA VINO
Para disfrutar de un buen vino es fundamental elegir la copa más
adecuada. Éstas suponen un verdadero atrezzo que desvirtuará
o ensalzará las virtudes del caldo.
Copa de
agua
Es la de mayor capacidad y tamaño. La copa para agua debe servirse
antes de que los invitados se sienten a la mesa y debe estar colocada
enfrente y un poco a la derecha del plato extendido. Esta copa no debe
retirarse de la mesa antes de que los invitados se retiren de ella.
Copa de
vino tinto
Es la segunda en tamaño. Esta copa de tulipa tienen una capacidad
de 200 c.c. Tiene una forma ligeramente alargada y suavemente esférica,
en forma de tulipán; de ahí su nombre. El borde interior
se curva ligeramente hacia el interior. Presenta un tallo suficientemente
largo como para poder sujetarla sin calentar el vino con la mano.
Si el menú
está preparado a base de carne roja, aves de carne negra o aves
de carne blanca, debe estar colocada previamente en la mesa, a la derecha
de la copa para agua.
El vino
tinto debe servirse en el momento que se sirve el plato principal y
a una temperatura ambiente (18°C a 21°C). Esta copa debe retirarse
de la mesa al terminar la comida o cena y antes de servir el postre.
Copa de
vino blanco
Los blancos requieren una copa de tulipa más ancha en la base
y algo más chata que en el caso de los tintos. No debe ser excesivamente
alta, pero sí tener una boca amplia, que permita expander bien
y oler los aromas del vino
Se coloca
en la mesa de antemano y a la derecha de la copa para agua, cuando el
plato principal es pescado, mariscos o aves de carne blanca.
Esta copa
puede servirse cuando los invitados se sienten a la mesa y el vino blanco
ha sido enfriado previamente (no a menos de 6°C). La copa de vino
blanco debe retirarse de la mesa al terminar la comida o cena y antes
de servir el postre.
Copa de
cata
Su capacidad es de 215 c.c., y la cantidad recomendada para la cata
es de 50 c.c. Es la copa ideal tanto para catas como para beber en la
mesa. El mayor volumen y peso permite movimientos menos bruscos para
olfatear. El cristal es muy fino (es muy importante el grosor para ver
con más definición el color del vino) y su boca permite
introducir a la vez los labios y nariz
Catavinos
Ideal para los vinos andaluces: finos, manzanillas, olorosos, Pedro
Ximénez, etc. Su forma es alargada de tallo corto y boca estrecha,
facilitando así la percepción de los aromas de estos vinos.
Debe sujetarse por la base para no calentar el vino.
Copa de
champán
La copa alta o flauta se utiliza para los vinos espumosos, especialmente
para el cava. Es una copa estrecha, alta y alargada, aumentando un poco
su anchura hacia la boca. Esta forma está diseñada para
permitir el ascenso lento del gas carbónico y facilitar así
la formación de la corona de burbujas.
Copa balón
Su forma presenta un abombamiento en la parte inferior, cerrándose
hacia la boca. El tallo es corto. Se utiliza principalmente para el
brandy y otros licores. Su forma de balón incita a envolverla
con las manos, calentando así su contenido.
La copa
que se emplea para este tipo de bebidas es la de vástago más
corto, por lo que puede rodearse con la mano. Esta copa se utiliza tanto
en la mesa como en la sala o estancia, y casi siempre después
de la comida o cena acompañando al café. La copa para
cognac es la única copa que no debe estar previamente colocada
en la mesa, sino que debe colocarse al final de la comida o cena, si
los invitados aceptan degustar un brandy o coñac.
Licorera
Es recomendable que el vino tinto, coñac o brandy se sirvan en
ella unos minutos antes de que los invitados lleguen, ya que así
el vino no perderá su bouquet.